El Camino

El Camino se compone de distintos tramos que conforman un total de 128 km que se pueden recorrer a pie, tal y como lo hacen los hobbits como Frodo o Sam.

Al igual que nuestros protagonistas, durante el camino aplicaremos algunas de sus normas: «nunca dejamos a otro hobbit atrás, y «el grupo se mueve al ritmo de todos». En otras palabras, esto no es una carrera, disfruta de la ruta a tu ritmo.

Es de saber común entre los hobbits que el mal tiempo, o las estaciones del año, pueden influir enormemente en la experiencia a la hora de recorrer la ruta. Es posible que ciertas actividades no estén a su disposición en ese momento.

Por último, recuerda prepararte adecuadamente para recorrer El Camino del Anillo.
Aquí te mostramos lo que vas a necesitar.

El recorrido

El Camino del Anillo


El camino del Anillo pretende ayudar a ese hobbit cómodo que todos llevamos dentro a sentir «el amor de las cosas hermosas hechas a mano con ingenio y magia; un amor fiero y celoso, deseoso de salir y ver las montañas enormes, y oír los pinos y las cascadas, y explorar las cavernas, o llevar una espada en vez de un bastón” y lanzarnos a vivir la vida como una gran aventura para que nuestros «anillos» no acaben por poseernos. Para reconocer con nuestra comunidad, con nuestros amigos en la belleza de la naturaleza, que «los detalles cotidianos, los gestos de amor de la gente corriente son los que mantienen el mal a raya«, y que no estamos solos en esta batalla.

Compuesta de 8 tramos, un total de 128 km de distancia, esta ruta da su comienzo desde Hobitton (El Berrueco), en dirección a Bree (Buitrago de Lozoya). Pasamos por la Cima de los Vientos (Cerro Piñuecar) y el Bosque de los Elfos, posteriormente llegaremos a Rivendel (La Hiruela). Desde allí, mediante una ruta que nos lleva por Moria (Puebla de la Sierra), Lorien (El Atazar) y Rohan (Patones), marchamos hasta Gondor (Torrelaguna) para deshacernos de los males de nuestros anillos. Por ultimo, retornamos a Hobitton (El Berrueco) para contar nuestras hazañas.

logotipo del primer tramo del Camino del anillo

La Comarca


«Si doy un paso más, estaré más lejos de casa de lo que he estado jamás»
–Sam Gangi.

Mirar, observar, escuchar, como si viéramos la realidad por primera vez, especialmente la naturaleza (el sonido del mar o de un río, las ramas verdes de un árbol, la majestad de las montañas o la luz de un amanecer, de la luna sobre el mar o de las estrellas entre las nubes), nos llena de maravilla, de asombro, de admiración. Nos invade una Belleza que nos supera, que no podemos abarcar porque es mucho más grande de lo que podemos imaginar.

Logotipo del segundo tramo del Camino del Anillo

La Cima de los Vientos


«Conozco uno o dos caminos para salir de Bree, además de la ruta principal – dijo Trancos. Una vez que nos libremos de perseguidores, iremos hacia la Cima de los Vientos.
-¿La Cima de los Vientos? -dijo Sam- ¿Qué es eso?
-Es una colina, justo al norte de la ruta, casi a medio camino entre Bree y Rivendel. Domina todas las tierras vecinas y tendremos la posibilidad de mirar alrededor.»

El mal existe y es algo real. Dentro y fuera de nosotros. En los relatos de Tolkien el mal surge de una caída, de un bien que se rebeló contra su destino porque intentó perdurar más allá del fin para el que fue creado. El mal se origina por no reconocer al Creador, por la tentación de la soberbia, por la ilusión de sentirse poderoso por sí mismo, seguro, independiente, soberano, por querer atrapar, poseer, las cosas que debe soltar.

Logotipo del segundo tramo del Camino del Anillo

El Concilio de Rivendel


«-¡Rivendel! -dijo Frodo-. Muy bien, iré al este, hacia Rivendel. Llevaré a Sam a ver a los elfos, cosa que le encantará. -Hablaba superficialmente, pero de pronto el corazón le dio un vuelco con el deseo de ver la casa de Elrond el Medio Elfo y respirar el aire de aquel valle profundo donde mucha Hermosa Gente vivía todavía en paz.»

En la concepción de Tolkien hay un designio bueno que gobierna los acontecimientos, y la vida de los hombres (y de los enanos, elfos y hobbits), un destino que cuenta con la libertad, que la reclama. En responder a esa llamada radica la verdadera libertad y se juega el bien.

Logotipo del cuarto tramo del Camino del Anillo

Atravesar Caradhras


«Creo, Elrond, que en este asunto sería mejor confiar en la amistad de estos hobbits que en nuestra sabiduría»
–Gandalf el Gris.

Amistad es una compañía guiada hacia el destino. A pesar de la fragilidad de cada uno, el camino hacia el crecimiento y la maduración (en definitiva, el destino propio) está lleno de esperanza si ese camino es acompañado.

Logotipo del quinto tramo del Camino del Anillo

Llegar a Lorien


«En un invierno así ningún corazón hubiese podido llorar el verano o la primavera. En todo lo que crecía en aquella tierra no se veían manchas ni enfermedades ni deformidades. En el país de Lorien no había defectos»

La vida es una aventura en la que nadie es capaz de adivinar lo próximo que le espera, ni atisbar el final de muchos de los caminos que se le presentan. Lo más grande que ocurre en la vida siempre ocurre de manera imprevista.

Logotipo del sexto tramo del Camino del Anillo

Por Tierras Rohirims


«Lo único que podemos decidir es qué hacer con el tiempo que se nos ha dado. Hay otras fuerzas en este mundo, Frodo, además de la voluntad del mal. Bilbo estaba destinado a encontrar el Anillo. Y como consecuencia tú estabas destinado a tenerlo. Y ese es un pensamiento alentador.»
–Gandalf el Gris.

El hombre desea perdurar. Tiene muy arraigado el sentido de supervivencia y el de eternidad. Deseamos vivir para siempre, deseamos no caer en el olvido. Estamos hechos para el infinito. Lo deseamos porque tenemos experiencia de él, sentimos nostalgia porque sabemos que lo tenemos inscrito en el corazón, como si viniéramos de allí. No es que queramos vivir para siempre, sino que deseamos que la vida se cumpla en todo su esplendor. Y aquí está el problema.

Logotipo del séptimo tramo del Camino del Anillo

El Reino de Gondor


«¡Gondor, Gondor, entre las Montañas y el Mar!
El Viento del Oeste sopla aquí, la luz sobre el Arbol de Plata
cae como una lluvia centelleante en los jardines de los Reyes antiguos.
¡Oh muros orgullosos! ¡Torres blancas! ¡Oh alada corona y trono de oro!
¡Oh Gondor, Gondor! ¿Contemplarán los Hombres el Arbol de Plata,
o el Viento del Oeste soplará de nuevo entre las Montañas y el mar?»

En los escritos de Tolkien hay un misterio que habla directamente al corazón de los lectores. Transmiten verdades y emociones profundas y universales que todos los que los leen reconocen como verdaderas… ¿Quien no desea ser tan valiente como Frodo, o tener un amigo tan noble como Aragorn, o ver un lugar tan bello como Rivendel, o escuchar cantos como los de Varda? ¿Quién no ha experimentado en su vida la batalla entre el bien y el mal?¿Quién no desea tener alguien como Gandalf a quien seguir en la vida?

Logotipo del quinto tramo del Camino del Anillo

El Regreso a la Comarca


«-¿Se acuerda de la Comarca, señor Frodo? Será pronto primavera. Los huertos estarán todos en flor y en la avellaneda los pájaros tendrán listos sus nidos. Comenzará la siembra estival de la cebada en los bancales. La degustación de las primeras fresas con nata. El sabor de las fresas ¿lo recuerda?»
–Sam Gangi

Tolkien escribió literatura fantástica, y hay quien le criticó pensando que su obra tan solo era aceptable para un público juvenil o para un reducido grupo de lectores, una literatura de evasión que aleja de la realidad. Nosotros pensamos que habla de la verdad, ayuda a entender y a entendernos, explica la experiencia de cada uno de una forma bellísima y sugerente. Leyendo a Tolkien nos encontramos inmersos en las grandes cuestiones de la vida… y esto no es sólo una percepción nuestra..

Mis Artículos0
Aún no agregaste productos.
0